Realidades Paralelas
“La única constante es el cambio”
Heráclito
En la búsqueda por comprender la naturaleza de
la existencia, nuestra experiencia de la realidad,
atada ineludiblemente a los límites del tiempo, nos
mantiene en constante cuestionamiento. ¿Es acaso
lo que vivimos una mera ilusión, un espejismo de
otras realidades repetidas infinitamente?
Enmarco en esta muestra, las indagaciones que he
venido explorando a través de la pintura durante
más de 30 años. Estos cuestionamientos generan mi
urgente necesidad pictórica, donde el movimiento
perpetuo, el caos y la vibración de fuerzas
magnéticas, carecen de principio y fin, revelando
la unidad implícita de todo lo existente. Nacemos y
morimos en este conjunto de partículas conformadas
en un sistema de aleatoriedad, siendo testigos y
participantes activos de esta conexión cósmica.
En el transcurso de este proceso artístico, he
recibido influencias de una variedad de fuentes,
siendo Pitágoras quien ha despertado mi interés
metafísico en la simbología numeral. Su lema
“todo es número”, postula que cualquier aspecto
de la realidad puede manifestarse en principios
numéricos y proporciones matemáticas, lo que
me ha revelado arquetipos y verdades que adopté
como mi vocabulario a través de un trabajo
cotidiano, constante y metódico. Al igual que en un
ritual, las distintas capas de la obra actúan como
testigos de la temporalidad, convirtiéndose en un
marcador cronológico que nos insta a difuminar los
bordes entre fantasía y realidad.
El flujo continuo de números es el origen de mi
quehacer artístico. No los incorporo de manera
aislada, sino en forma de códigos que se revelan a
través de asociaciones como fechas, horas, cifras;
una recolección numeral del instante representado.
Escribo estos códigos de forma aleatoria sobre
cada pintura, generando el impulso necesario a
través de la repetición incesante. Intento hacer
visible en mi obra, una representación de la materia
en movimiento y las emociones universales.
Es aquí donde la destreza manual y la huella
gestual adquieren su carácter de registro único,
construyendo y preservando en el tiempo cada
relato. El código numérico lleva consigo entonces
la carga significativa, y actúa como receptor de
aquello que acontece, siendo tanto el principio
como el fin de cada obra.
La elección deliberada de formas geométricas, se
fundamenta en una cuidadosa consideración de la
riqueza simbólica y conceptual que éstas aportan
a mis pinturas. Visionando múltiples universos
coexistentes, busco en este cruce de símbolos que el
asombro se haga presente, generando movimiento,
fuerzas imposibles y permanente transformación.
La paleta cromática se convierte en una herramienta
versátil para expresar la complejidad de estos
mundos. El uso del color plano y saturado, conlleva
a su vez su propia carga simbólica. Los colores
actúan como guías, brindándonos la oportunidad
de explorar en un diálogo visual y emocional,
nuestros vórtices internos.
La exposición consta de 36 obras dispuestas
en forma de retablo, para que cada una con su
sentido individual, contribuya a la creación de un
memorial narrativo que invite a la contemplación
y reflexión sobre los límites de nuestra percepción
y comprensión del todo. ¿Podemos trascender
las convenciones del tiempo y el espacio? ¿Nos
dirigimos inexorablemente hacia un futuro, o
estamos atrapados en este deambular entrópico?
Ximena Mandiola Silva
2024
|